Ese amor que no sabes a ciencia cierta
qué significa, que no sabes ni dónde empieza ni dónde acaba. Te gusta
verlo, encontrarte y hablar con él, te cae bien y, cuando pasas un poco
de tiempo sin verlo, lo echas de menos. En fin, ese amor que no puede
ser más bonito...porque es absurdo. Es amor en estado puro. Sin la
sombra de una preocupación, todo felicidad y sonrisas. Y ganas de
hacerle regalos, como esos que te gusta recibir de tus padres y que a
veces, sin embargo, no te hacen porque en ese caso no les corresponde a
ellos.
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